Manos y Diálogos

«Cada sesión de masaje representa un momento único de atención plena: presencia consciente y dedicación absoluta transforman cada movimiento en un espacio íntimo de conexión, calma y bienestar solo para tí.» Este es el texto que podréis hallar dentro de la sección “Inicio” de www.qisen.eu. Así, en frío, pareciera un texto cincelado a golpe de A.I., condenado a ser leído en diagonal, un mero relleno; atrezzo digital para un website construido con la dedicación y, también, la inocencia de quien hasta hace poco desconocía la existencia de WordPress y sus Widgets y contenedores y códigos CSS y demás aperos de artesanía digital (una verdadera paliza que ha merecido la pena, si preguntan a este equipo de redacción…) Lo cierto es que en QiSen, como afirmábamos en otra entrada, nos preciamos de ser antiguos y orientales, pero sabemos que tradición y modernidad están condenados a entenderse. Y en ello estamos.

Volviendo al texto que citábamos al comienzo, rogaríamos una pausa de reflexión a quien haya recalado en esta bendita subsección de nuestra Web para echar un vistazo a lo que se cuece en el Blog de QiSen: quisiéramos que quien haya leído esas palabras las asuma en su literalidad más absoluta. Ese “momento único de atención plena” viene a querer decir que las manos de nuestra masajista son algo más que unas manos: las manos de Diana son también, y sobre todo, intención y presencia; puentes tendidos desde la orilla de vuestros cuerpos hasta la intimidad de su pensamiento. Manos que son intérpretes del diálogo silencioso que durante cada sesión se entabla con el cuerpo de la persona tendida sobre la camilla o el futón…

En QiSen un masaje no sólo se limita a ser un tratamiento rutinario de amasamientos físico-mecánicos. Cada sesión, como cada persona, es especial, única. Cada cuerpo tiene algo que contar y las manos de nuestra masajista te escuchan. Y te contestan. Y creemos firmemente que el fruto esta conversación sin palabras que exige, en la parte de Diana, concentración, foco y presencia constante y en la vuestra ese “déjate estar, déjate ser” es la que hace fluir toda esa energía maravillosa que os hará sentir tan bien al cabo de cada sesión y que también nos retroalimenta y nos hace mejores conversadores, mejores en lo que hacemos.

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